No acto, que, con entrada libre,
comezará ás 20:00 h no Sexto Edificio e estará presidido pola deputada de
Cultura Ana Isabel Vázquez Reboredo, participarán o alcalde de Cerdedo
Silvestre José Balseiros Guinarte, o biógrafo de Rodríguez Fraiz, José Manuel
Cabada Álvarez, o director do Museo do Pobo Galego, Carlos García Martínez e o
director do Museo do Pobo Galego, Carlos García
Martínez e o director do Museo de Pontevedra, Xosé Carlos Valle Pérez.
Antonio Rodríguez Fraiz nace
en Tomonde, Concello de Cerdedo, Terra de Montes, con la fuerza de la piedra
que le dió profundidad y sentido a su vida; su abuelo y su padre fueron
maestros canteiros y con la maza y el cincel en la maleta de la inmigración. La
piedra que le llevó a reivindicar con fuerza su identidad como gallego cada vez
más militante.
En
1926 ingresa en el Seminario de Santiago y allí sufre al tener que hablar en
castellano y leer en público “ a fala foi un auténtico trauma para min” A los
quince años, escucha a Cabada Vázquez recitar un poema en gallego, ante el
Arzobispo. Su amor a la lengua “matria” y su admiración por el poeta de Codeseda,
se incendiaron.
Ordenado
sacerdote en 1937 es destinado a San Martiño de Moaña como coadjutor y ante la
realidad de la represión y los paseos nocturnos hacia el mar, comienza a
cambiar la mirada. Los jóvenes o se hacían falangistas o corrían peligro, por
ello se lanzó a rellenar carnets de Acción Católica. Organizó veladas
literarias, rutas a pie y partidos de fútbol con otras parroquias.
En
1939 es destinado a Vilariño, cerca de Teo en Santiago y allí conoce y traba
amistad con Don Raimundo López Pol que fuera alcalde de Santiago, hombre
republicano, culto y galleguista que adivinaba una tremenda noche para Galicia
y su cultura “foi una lumeira para min”.
En
1940,por concurso, párroco de Cervás y Chanteiro. Reconstruye la iglesia de San
Pedro de Cervás del siglo XII y la de
Nuestra Señora de la Merced en Chanteiro. También es capellán del Regimiento de
Artillería de Costa del Cuartel de Montefaro. Participa en charlas radiofónicas
y publica en revistas.
Es
aquí, en Ferrol, donde sube un peldaño en su amor y defensa de la lengua y por
Galicia. Invita a Otero Pedraio a dar una conferencia, que por supuesto inicia
en castellano, tal como obligaba el permiso concedido por el Gobernador Civil,
pero al poco, pasa al gallego. Aquello
fue la apoteosis, Carballo Calero hasta lloró. Al día siguiente cimentó su
relación por años con Otero Pedraio con un caldo viudo y un “chusco” del
cuartel.
Nombrado
párroco de Campañó, toma posesión el 15 de marzo de 1951; dicen que llegó en un
carro de vacas, con una pierna medio rota. Comienza a rebuscar en los archivos
parroquiales. El decía que en los archivos parroquiales estaba la cultura del
pueblo y que no había cultura sin archivos.
Encuentra un documento de 1102 de la donación
de una finca de Casal de Rei a los Condes de Galicia, Don Raimundo y Doña
Urraca. Descubre una mámoa al lado de la casa Rectoral y cerámica poshalltática
en las inmediaciones de la iglesia, levantada sobre un castro.
Con
su gestión y presión, se inaugura la luz eléctrica, el día de San Pedro en
1951.
Convence
a los parroquianos para que cedan terrenos para la carretera que iba a unir
Campañó de Arriba con Pontevedra, argumentándoles que del sacrificio de ahora,
serían beneficios posteriores para todos.
Gestiona
la burocracia, y con la ayuda de los vecinos se acomete la traída de aguas al
Cabaleiro.
Se
inaugura la Cros en 1953, que por los daños a la agricultura y a la salud de
los vecinos se ha de cerrar en 1970 y por estas tres razones tuvo un fuerte
enfrenamiento con el ministro Licinio de la Fuente.
Con
la ayuda y donaciones de los emigrantes de Campañó y algunos vecinos, repara la
Iglesia.
Por
las mañanas, al terminar los oficios religiosos, bajaba en su Lambreta a
Pontevedra y allí en la Biblioteca y en el Museo traba amistad con Filgueira
Valverde, García Alén, Modesto Rodriguez Figueiredo, Agustín Portela…..
En
1959 inicia su colaboración con Faro de Vigo con la columna “Desde el atrio de
la Peregrina”, atalaya de la vida pontevedresa que desde la cultura y
religiosidad se fue tornando en una mirada a la participación activa en la
cultura y en las necesidades de la gente de Pontevedra. En la toma de posesión
de Filgueira Valverde como alcalde, le fija dos prioridades, una, el que las
quince parroquias dispongan de escuelas y de viviendas dignas para los
maestros. Él también se aplica y crea el Patronato Parroquial para una Escuela
de Niños en el Cabaleiro y después una de Niñas.
De
ahí viene nuestra relación, porque mi padre, Manuel Cabada Iglesias fue el
Maestro de aquella escuela, o Maestro de Campañó, y yo el hijo del Maestro de
Campañó, aunque hasta cinco hijos vinieron después.
En
1959 inicia sus viajes a América como Misionero.Lo primero que hizo fue ponerse
en contacto con la emigración gallega y así, con los exiliados. Otero Pedraio
le dió dinero para entregárselo a la viuda de Castelao, Virginia Pereira. Conectó
enseguida con Rodolfo Prada, amigo íntimo de Castelao a quién acogió en su
casa. En la Biblioteca de Prada se conjuró para la lucha en defensa de la lengua
y madre patria.
Con
Súarez Picallo quien “falaba tan ben o galego das Rías Altas”. Allí conoció a
Laxeiro a Blanco Amor, Luis Soto…..
En
el cementerio de Cacharita, ante el sarcófago de Castelao y en presencia del
Presidente de la Real Academia Gallega, ofició la primera misa en gallego y al
llegar la epístola y evangelio, Suárez Picallo le dijo “crego deixeme que eu
faga as traduccións porque eu inda que por alá din que son herexe, de herexe
non teño nada”, tampouco Castelao, que para Don Antonio era místico.
De
los viajes de ida y vuelta a las Galicias de allá, fue creciendo su entrega a la lengua madre y a la madre
patria. No sabemos si al salir de Galicia, la sentía y la veía de otra manera (
nos pasa a todos) o por la influencia de los exiliados; creemos que por ambas
razones.
Desde
1962 en Campañó emplea el gallego en la liturgia, pero después, en la Misa de
Rosalía, en Santiago o en Iria Flavia, en Santiaguiño do Monte en Padrón o en
la “Carballeira de san Xusto”. En esta carballeira volvió a escuchar a Cabada
“hoxe hay festa no ceo” en la primera misa del cura de Tomonde, quién tanto
había influido en el ingreso en el Seminario de Don Antonio, allí por decir la
Misa en gallego y algunos comentarios sobre la tala de “carballos” y algunas alusiones
políticas, fue denunciado ante la Guardia Civil de San Jorge de Sacos. .Allí
arengaba” San Jorge non existe, e San Xurxo.”
También allí en 1975, en plena homilía, fue insultado por un exaltado,
que fue empujado a la salida. Don Antonio conocía bien al exaltado y no le dio
importancia.
Mensajes
claros en la Misa de Rosalía donde se quejaba de la emigración, abandonando la
riqueza de Galicia para trabajar de mala manera, no en países más ricos sino
mejor administrados.
Intensifica
sus relaciones con el Museo y las publicaciones, Historia de Corozal, Os
Milagros de Amil, Campaniola, As pontes do Lérez, Castelao na alma dos
escritores do seu tempo, Don Fernando García Leiro, El Monasterio de Acibeiro,
Canteiros e Artistas da Terra de Montes e Ribeiras do Lérez, Alicerces, Santa
Maríña de Tomonde…..
Participa
en la creación del Museo do Pobo Galego, formando parte de su Patronato hasta
su fallecimiento; pertenece a la Sección de Historia y Geografía del Instituto
Padre Sarmiento del CSIC, a la Comisión de Arte Sacro de la Arhidiocesis
compostelana…
Fallece
en Campañó el 9 de junio de 1995. Fue un hombre profundamente libre, que creía que
la cultura nos hacía libres; como sacerdote se fue alejando de la burocracia y
dependencia eclesial y acercándose al pueblo. Imponía de entrada, pero en la
distancia corta era asequible por compartir; aprendía de todo y de cualquier
manifestación de la tradición gallega la enmarcaba en cultura.
Su
legado está en el Museo do Pobo Galego que le dedica una sala; una placa en su
casa natal de Tomonde nos recuerda sus orígenes
y otra en la Iglesia de Campañó, su obra.
Desde
su lápida en Tomonde, y a través de las nieblas, vigila y sigue cuidando a
Campañó, y desde allí,más allá y por los mares a las Galicias de América.