Tenemos
noticias de “acurrar” as bestas desde mediados de 1600 y que se hacía en el
atrio de la iglesia, aprovechando una pared de sus paredes; el arzobispado de
Santiago consideró que el aloitar y cortar las crines al lado de las tumbas del
cementerio y contra la pared de la iglesia no era muy adecuado, y por ello sugirió y
aprobó la construcción del curro en los aledaños de la iglesia en 1779; curro
que se mejoró y amplió en 1854. Tenemos fotografías y películas del curro de
los años 1940; pero en los años sesenta, la afluencia de público y el número de
bestas obligaron a su ampliación: se siguió aprovechando la pared de la
iglesia, colocando desde el muro del
curro una grada hasta la pared, primero de madera y más tarde con una
estructura metálica para que el público pudiera estar sentado; en su frente se
construyó una grada de cemento, también para estar sentados; entre ellas y
desde la caseta del cura, debajo de la cual se acondicionó la zona de los
potros, otra grada. Enfrente, solo se podía estar de pié sobre el muro, ya que
lindaba con la carretera. En 1965 A Rapa de Sabucedo fue declarada de Interés
Turístico Nacional, el público asistente fue creciendo, el número de bestas
también; por el muro de la carretera, no se podía ampliar; la estructura
metálica de la grada, tampoco podía crecer, y las gradas de cemento no podían
subir más en altura. El feísmo de una grada tapando la iglesia, molestaba. A
todo esto se añade la explosión mediática de televisiones, fotógrafos y
periodistas. El entonces presidente de la Asociación da Rapa das Bestas, José
Manuel Touriño, ante los riesgos de posibles accidentes por el estado de las
maderas y la estructura metálica de la grada y la aglomeración de público,
llegó a amenazar con la suspensión de la Rapa; la Asociación da Rapa das Bestas
gestiona ante las autoridades y consigue la construcción de un curro nuevo en
el Campo del Medio; se pone la primera piedra en 1955 y se inaugura en 1996. El
nuevo curro se diseñó para 1800 personas, pronto se quedó pequeño y al pensar
en su ampliación, hasta las 2.000 personas, se aprovechó la oportunidad de
obras y se hizo accesible el acceso mediante una rampa, en el año 2012. En la
visita de la inauguración, un asistente, profesional de la accesibilidad,
comentó que no estaban señalizados los asientos para las personas en silla de
ruedas y movilidad reducida, se le contestó que más adelante. A la mañana
siguiente y antes de abrir el curro al público, una persona tenía un cartel,
para colocar en la rampa “SOLO PARA MINUSVÁLIDOS”, el profesional de la
accesibilidad, le advirtió que era justamente al revés, que el acceso era para
todos y que ese cartel no debería de ponerse; la persona insistió en ponerlo
porque obedecía órdenes, al final fue a consultar y se cambió la orden. En 2013
tampoco se señalizaron los asientos reservados para las personas con movilidad
reducida. En 2014 en una visita previa del responsable del Concello de la
Estrada, se le insistió en la necesidad de señalizar los asientos reservados;
situados en el curro, se vio como mejor solución, señalizar una zona situada en
la continuación de la rampa y otra, justo enfrente, aunque las personas en
silla de ruedas tuvieran que entrar antes o molestaran a los que estaban en esa
fila, o señalizar los primeros asientos de esa fila. Pero en la conversación
estaba un “enterado”, que dijo que si la gente estaba sentada que no dejarían
pasar a nadie. Cómo pasa con demasiada frecuencia, los “enterados” son los que
mandan y solo se señalizó la parte más fácil. En la Rapa del lunes, la rapa
solidaria, este año con la recaudación para la Cruz Roja, había cuatro personas
en silla de ruedas en la zona señalada. La accesibilidad de los recintos
públicos no está al albur de los “enterados”, es responsabilidad de los
Concellos, por el DECRETO 35/2000, de 28 de enero,
por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo y ejecución de la Ley de
accesibilidad y supresión de barreras en la Comunidad Autónoma de Galicia 2.3.5. Aulas, salas de reuniones
y espectáculos. En salas y estadios con gradas se dispondrán espacios
reservados para las sillas de ruedas, cerca de los vomitorios de acceso, con
posibilidad de llegar a los mismos a través de rampas o ascensores, adaptados o
practicables, según el caso. Reserva mínima de plazas adaptadas en locales de
espectáculos, salas de conferencias, recintos deportivos, auditorios, aulas y
otros locales con actividades análogas. De 1.001 a 2.500 plazas de capacidad
total: 5 plazas de uso
preferente. Tampoco
este Decreto es muy generoso.
Para que se
pueda publicitar el curro como accesible, es preciso que los aseos sean
accesibles o que entre los sanitarios portátiles que se alquilan, se incluya uno adaptado para
personas en silla de ruedas; y que en las proximidades del curro en la zona de
aparcamientos reservados, se coloque una placa de reservado para minusválidos.
La rapa se
adapta a los tiempos, no sólo con el chip para as bestas sino también para que
todas las personas puedan acceder al curro y disfrutar del espectáculo en
igualdad de condiciones, es un derecho de las personas con movilidad reducida.
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