jueves, 9 de junio de 2011

A RAPA DAS BESTAS DE SABUCEDO (II Nuestros caballos)

(ll) Nuestros Caballos

Parece que los caballos en régimen de libertad existían en los montes de Sabucedo, en Montouto, desde la época prehistórica. Lo atestiguan las insculturas descubiertas en Painceiros y Muimenta.

No Chan da Carballeda, en Painceiros en Campo Lameiro, se encuentran atontase dos ciervos y una escena de caza o de doma de caballos. El grabador fundió las dos patas en una sin olvidar la cola larga y espesa. El hombre, no tiene piernas, una manera de representar a los jinetes ( También en las cuevas do Douro), y la postura de los brazos recuerda a los jinetes de la Diadema de de Ribadeo, Museo Arqueológico Nacional, Louvre, Instituto de Valencia de Don Juan; Madrid,(Blanco Freijeiro y Paratcha Vázquez 1964)

García Martínez y Rafael Fontanini, 1971 dan cuenta que en el lugar de Paredes, en Muimenta, hay 15 conjuntos diferentes y en el 10 hay tres caballos en línea en actitud de trote.

Ruta Centroeuropea

Por la ruta centroeuropea llegaron los ligures, empujados por los celtas. En el año 600 a C. llegaron los celtas con caballos más altos (factor decisivo para su victoria). Eran caballos mas altos que los autóctonos, procedían del caballo de Solutre. ( Yacimientos de Azpitarte y Urtiaga y Cueva de Ranú en Asturias). Los celtas impusieron su tipo de caballo.

Invasión de los Romanos

Escribe Plinio I en el año 77 d C. “ en la misma Hispania, está el pueblo Galaico, que cría una raza de caballos con un paso que no es corriente sino elástico porque extienden al mismo tiempo las patas de cada lado, caballos amaestrados para marchar al trote. Plinio les llama tieldons. Más tarde, se le llamó andadura gallega, que Antonio Moya (1987) describe “el paso normal es píe derecho mano izquierda, pié izquierdo y mano derecha ( diagonal), el paso plano es pié derecho y mano derecha, pié izquierdo y mano izquierda. Los miembros de un mismo lado se lanzan uno detrás de otro, lo que evita la elevación de los lomos.

Plinio hace la referencia a la creencia de que la velocidad a la que corren las yeguas se debe a que son fecundadas por el viento del oeste.

Silo Italico,102 d. C. escribe” Muy próximo marchaba Panchates, con su blanca frente, resplandecía con el distintivo de su procedencia y los cuatro pies del mismo color patrio, de enorme ímpetu, miembros non muy grandes e tampoco vistosos, pero lanzado a la carrera, podría pensarse que sus miembros se engrandecían y se convertían en alas.

Los romanos querían el oro, pero también los caballos porque su fama había llegado a Roma.

En los años 25 y 26 a. C. la a guerra adquirió tal dureza que el propio César tomo el mando de las Legiones, la VI “Victoria” para atacar Galicia la IV “Macedonia” para atacar Cantabria y la X “Germánica” para atacar Asturias. Y por el mar la I, II, V “Hispania”.

Dion Casio, en el 235 d. C. en la Historia de Roma “ además de las cosas ditas, sobre las que César estaba muy animado, se le obsequió con un caballo que tenía hendiduras en los cascos de las patas delanteras que César montaba con orgullo y que no soportaba a ningún otro jinete que intentara montarlo.

Estrabón escribe de la guerra de guerrillas desde el 29 al 19 a.C, como las tribus en sus montañas y castros atacaban la maquinaria pesada de los romanos en los desfiladeros. Los Galaicos montaban dos en cada caballo lo que demostraba la fuerza del caballo y su doma para adaptarse a los riscos y entre las piedras. En un determinado momento, uno bajaba del caballo y peleaba pié a tierra. Afirma José Manuel González, en 1959, “ el modo de reaccionar de los galaicos, astures y cántabros no fue frío y calculado frente al poder de Roma, sino temperamental y apasionado, quizás una constante de la raza”

Pero las tribus se diezmaron y no sólo por los romanos sino por el frío y el hambre.

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