sábado, 11 de junio de 2011

A RAPA DAS BESTAS DE SABUCEDO (IV y V La leyenda oral)

(V) La Leyenda Oral.

En el tiempo de una de las pestes que arrasaban Galicia, y arrasaron Sabucedo, dos hermanas, llenas de miedo, abandonaron el pueblo y se fueron a vivir en una cabaña a las afueras, prometiéndole a San Lorenzo que si las libraba de la peste, les regalarían una yegua y un caballo. San Lorenzo cumplió, y la yegua y el caballo del “Santo”, tuvieron la descendencia que pobló los montes de Montouto.

Francisco Regueiro (1884-1962) Maestro de Sabucedo, un maestro ilustrado relacionado con los principios y metodología de la Institución Libre de Enseñanza y de las ideas krausistas en educación, escribe “ las viejas podrían haberse llamado Clara y Manuela Alonso Rodríguez, que no se llevaban bien con la madrastra y que su casa estaba a 50 metros del atrio de la iglesia y que dado el elevado número de muertos por la peste, empezarían a enterrar fuera del atrio, y que verían fuegos fatuos desde las ventanas, (como si fuera la santa compaña) siendo ésta alguna de las causas por las que decidieron el abandono de su hogar y salirse a vivir a un sitio más alejado y donar las yeguas a la parroquia.”

En la tradición oral sí se mantuvo la denominación “A casa das vellas” As lobageiras das vellas”


(IV) Nuestra Historia

En el año 1105 los Condes Don Ramón y Doña Urraca hicieron donación al abad del Monasterio de Carboeiro del lugar de Sabucedo.

En el año 1145, el Rey Alfonso VII al confirmar los bienes del Monasterio menciona las yeguas y los caballos de San Lorenzo.

En el año 1162 Alfonso VII funda el Monasterio de Acibeiro que gozó de muchos beneficios por ser la salida natural a Pontevedra, Marín e Cambados, atravesando Montouto.

En la centralización e los Reyes Católicos, Sabucedo pasa a depender del Monasterio de San Martín Pinario e más tarde del Monasterio de San Xurxo de Codeseda.

Desde el año 1348 hasta 1598 la peste hacía estragos en Galicia. En la Catedral de Santiago se puede leer” “ Año de 1567 por el mes de octubre empeso la pestilencia ( ésta, bubónica) en el puerto del Grobe y duró más de año y medio y de allí dio en Calda de Reyes, en Codeseda, en Noya y Rianjo; y por mayo de sesenta y nuebe empecó por la villa de Vigo y la ciudad de Santiago y duró hasta el mes de enero del setenta”.

Una orden de Procurador General, señala“que se clave en cada una de las puertas un memorial de los lugares en que reina la pestilencia para que no entre ninguna persona que proceda de ellos: Puerto de los Grobes, Cotos de Codeseda y Montes……

En 1682 los Libros de Culto e Fábrica del Archivo Parroquial de Sabucedo, recogen todos los datos referidos a las yeguas y caballos hasta el día de hoy.

En 1732. “ Apuntar 18 reales vellón que hubo que gastar con la gente que fue a buscar las yeguas al monte y juntarlas en él.

En 1752, “se juntaron 37, entre yeguas y potros. Eran 54 los vecinos de Sabucedo.”

En 1774, “véndese un garañón que no acompaña”.

En 1780 “ 68 con seis potros e cinco potras de año. Se menciona la venta de potros y de crines; cada tres bestas rapadas un kilo de sedas.

En 1782 se marcan las yeguas con la parrilla de San Lorenzo.

En el año 1863, el cura párroco de Morillas tenía un caballo de montura entera, y cuando no lo necesitaba para sus viajes lo dejaba suelto en el monte. El garañón de la manada no lo toleraba, lo perseguía y acorralaba hasta llega a la puerta de la casa del cura. Como se repitiera varias veces, el cura de Morillas cogió la escopeta y desde la ventana mató el caballo de varios disparos. El cura de Sabucedo presentó la correspondiente demanda judicial y el cabreado cura de Morillas tuvo que pagar la correspondiente indemnización.

En 1872 cuando estaba a punto de iniciarse la rapa, el párroco recibe informes confidenciales de que un funcionario comisionado de la Administración de Bienes Nacionales de Pontevedra, con el alcalde de Cerdedo y tres guardias civiles venían a incautarse de la yeguada. El párroco y los feligreses sueltan las bestas, que se dirigen a sus montes. La guardia civil y una comisión intentan contar las yeguas y caballos en los montes. Como no pudieron, tomaron declaración a los vecinos de Campo Lameiro y Cerdedo.

En 1888 por efecto de una ley de censo de ganado, el Alcalde de Campo Lameiro trató de incluir en él la yeguada de Sabucedo. Recurrido ante el Gobernador de la Provincia, éste ofició que dispusiese de ella el cura de Sabucedo, por lo que quedaría exenta del censo.

En junio de 1888 se consignan en el Libro de Actas 15 pesetas para comprar estricnina para matar lobos.

El 11 de septiembre de 1888 murió el cura párroco Don Ángel Nadar que no pudo terminar la misa que estaba oficiando, envenenado por estricnina.

Los tribunales eclesiásticos cargaron contra Manuel Alonso Paredes. Hombre muy entendido, casado, cuya esposa estaba en la cama tullida y como tuviera una sirvienta en casa de parte interesada, el párroco, indirectamente desde el púlpito, indirectamente, recrimino la conducta licenciosa de Manuel Alonso. Éste respondió al cura que “anochecería y no amanecería”. Como la sacristía estaba en obras, entró por un agujero y depositó estricnina en las vinajeras. Aunque no hubo testigos, Manuel Alonso fue encarcelado y el sumario se saldó con cadena perpetúa.

En 1894 matan una yegua en Cequeril por entrar en terreno cultivado. Cada año, se venden “as ladras”, aquellas yeguas que han entrado varias veces en sembrados.

El 1 de enero 1936 las autoridades se dirigen al Presidente de la Junta del Patronato felicitándolo por “el valor, entusiasmo y amor por la conservación de una tradición que demuestra la unión de este pueblo en todo tiempo”

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